Uno de los grandes retos en plomería es escoger las tuberías de descarga adecuadas para evitar obstrucciones en cañerías y desagües. Estas obstrucciones no solo causan molestias y malos olores, también pueden dañar las instalaciones y hacer que el sistema funcione mal.
Hoy en día, hay varios tipos de tuberías de descarga, cada una con características específicas. En este artículo, vamos a comparar dos de las mejores opciones: tubos PVC para alcantarillado y tubos PVC para desagüe y ventilación.
¿Por qué es importante elegir bien?
Elegir la tubería de descarga correcta asegura que tu sistema sea más confiable y dure mucho más tiempo. Además, reduce el riesgo de obstrucciones y fallos, lo que te ahorra tiempo y dinero en reparaciones.
Tuberías de PVC para alcantarillado: ¿Cuándo usarlas?
Los tubos de PVC para alcantarillado están diseñados para mover aguas residuales y desechos desde una propiedad hasta el sistema de alcantarillado municipal o una planta de tratamiento. Son perfectos para áreas urbanas porque resisten bien los productos químicos como los ácidos y los álcalis, incluyendo el ácido sulfúrico.
Estos tubos son más gruesos y resistentes, lo que los hace ideales para soportar la presión del suelo y el tráfico cuando están enterrados. Además, son una excelente opción para sistemas de drenaje pluvial y riego por gravedad.
Hay diferentes tipos de tubos PVC de alcantarillado, dependiendo de su grosor:
- Serie 25: Para usos más generales.
- Serie 20: Más reforzado para proyectos exigentes.
- Serie 16.7: Extra reforzado para condiciones extremas.
La longitud estándar de estos tubos es de 6 metros, y su grosor varía según el diámetro nominal, para ajustarse a las necesidades del proyecto.
Tuberías de PVC para desagüe y ventilación: ¿Cuándo usarlas?
Las tuberías de PVC para desagüe y ventilación se usan principalmente en sistemas domésticos y comerciales para transportar aguas residuales y pluviales hacia el desagüe principal. También ayudan a ventilar los sistemas de plomería, evitando que los gases se acumulen y provoquen presión en las tuberías.
A diferencia de los tubos de alcantarillado, estos son más delgados porque no están pensados para soportar grandes presiones o cargas pesadas. Son ideales para instalaciones internas, como lavabos, duchas, inodoros, entre otros.
Existen dos tipos:
- Clase Liviana: Para ventilación y aplicaciones de baja presión.
- Clase Pesada: Para instalaciones enterradas más profundas y bajo concreto.
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