Los sistemas sépticos son una opción confiable para el tratamiento de aguas residuales en viviendas sin acceso a la red de alcantarillado. Su diseño permite procesar las aguas servidas de forma segura y local, ayudando a mantener la higiene del lugar y reduciendo la contaminación.
Conocer su funcionamiento, las etapas que involucra y las recomendaciones para su instalación y mantenimiento permite aprovechar al máximo sus beneficios y prolongar su vida útil. En esta guía, te explicamos qué son los sistemas sépticos, cómo operan y qué aspectos debes considerar al instalarlos.
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¿Qué son los sistemas sépticos?
Un sistema séptico es una infraestructura diseñada para tratar las aguas residuales domésticas mediante procesos físicos y biológicos. Consta de un tanque séptico y un campo de infiltración o lecho de absorción. En el tanque se produce la separación y descomposición inicial de los sólidos, mientras que en el campo de infiltración el agua clarificada se dispersa y termina de purificarse de forma natural.
Este sistema es especialmente útil en zonas rurales o urbanizaciones donde no existe acceso a una red de alcantarillado. Su correcta instalación y mantenimiento previenen riesgos sanitarios y contribuyen a la conservación del agua subterránea.
¿Cómo funcionan?
El sistema séptico está diseñado para recibir las aguas residuales que provienen de la vivienda. Estas aguas ingresan al tanque séptico, donde comienza el proceso de tratamiento. La primera parte del proceso ocurre cuando los sólidos se depositan en el fondo y las grasas suben a la superficie, lo que permite separar las partículas más grandes del agua.
El agua clarificada que queda en la parte intermedia del tanque se traslada hacia el campo de infiltración, donde continúa el proceso de depuración. A través de un sistema de tuberías perforadas, el agua se distribuye en el terreno, donde es filtrada de forma natural por las capas de suelo. Este paso final contribuye a eliminar las impurezas y reduce el impacto ambiental.
Para que el sistema funcione correctamente, es necesario mantener un flujo constante de aguas residuales y realizar un mantenimiento adecuado. Revisar periódicamente los niveles de lodo y limpiar el tanque cuando sea necesario garantiza que el proceso se mantenga eficiente y evita reboses o filtraciones que puedan afectar el entorno y la calidad del agua subterránea.
Las 3 fases de un sistema séptico
Los sistemas sépticos funcionan a través de tres fases interconectadas que permiten el tratamiento eficiente de las aguas residuales.
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Sedimentación
En esta fase, el agua residual que ingresa al tanque séptico se ralentiza, lo que permite que los sólidos más pesados se depositen en el fondo formando lodos, mientras que las grasas y aceites ascienden y forman una capa superficial. Este proceso separa los sólidos y facilita la siguiente etapa de tratamiento.
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Digestión anaeróbica
En el fondo del tanque, las bacterias anaerobias descomponen la materia orgánica presente en los lodos. Esto reduce significativamente su volumen y transforma parte de la materia en gases y compuestos más simples. Esta descomposición contribuye a minimizar el riesgo de acumulación excesiva y prolonga la vida útil del sistema.
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Clarificación y salida
Finalmente, el agua parcialmente tratada se traslada hacia el campo de infiltración, donde se distribuye mediante tuberías perforadas. En este paso, el agua se filtra y se purifica al pasar por las capas del suelo, completando el proceso de tratamiento y asegurando que el líquido que retorna al subsuelo esté libre de contaminantes sólidos.
Recomendaciones principales para la instalación de sistemas sépticos
Ubicación adecuada
Al momento de elegir el lugar para la instalación, es importante que el tanque y el campo de infiltración estén ubicados lejos de pozos de agua potable y áreas de tránsito frecuente. El terreno debe tener una pendiente que permita el flujo adecuado hacia el campo de infiltración, evitando suelos demasiado compactos que dificulten el drenaje.
Dimensionamiento y diseño
El tamaño del sistema séptico debe calcularse considerando el número de personas que utilizarán el sistema y el consumo diario de agua. Un diseño adecuado evita desbordes y prolonga la vida útil del sistema. Se recomienda contar con la asesoría de un profesional para que la instalación se ajuste a las características de la vivienda y del terreno.
Mantenimiento y limpieza
Para asegurar un funcionamiento óptimo, se recomienda inspeccionar el nivel de lodos y realizar la limpieza del tanque cuando sea necesario. Es importante evitar verter aceites, productos químicos o materiales no degradables que puedan obstruir el sistema o afectar el proceso de tratamiento. Un mantenimiento periódico previene problemas y asegura el correcto desempeño del sistema séptico.
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